EL JOVEN ANTE EL OTRO SEXO

Con respecto al otro sexo los varones son víctimas de una gran ambivalencia. Su afirmación como individuo sexuados y el rígido papel de la cultura occidental asigna tradicionalmente al varón les confiere un sentimiento de superioridad respecto a las chicas, que se manifiesta en las típicas exhibiones adolescentes en la "edad del pavo" : caminar dandose aires de importancia; utilizar insignias, adornos y prendas de vestir llamativas y extremadas; hacer alardes físicos de fuerza o destreza en presencia de ellas; emplear un lenguaje atrevido,etc..

Por otro lado, sin embargo, sienten las punzadas de su propio deseo sexual y necesitan y solicitan el espaldarazo ilusiorio para la confirmación de su virilidad: la admiración, aprobación y reconocimiento de las chicas. El joven varón se muestra preocupado por obtener de algún modo el reconocimiento, tanto a nivel de toda su persona como aquellos atributos son depositarios de su virilidad.

Afortunadamente, también en éste aspecto los rígidos estereotipos tradicionales de masculinidad y feminidad tienden a dejar paso a nuevas aptitudes. Las conductas de los adolescentes no están tan a la deriva en el mar de los prejuicios heredados de generaciones anteriores y el choque entre los dos sexos producido por la exacerbación del deseo empieza a tener causes más sensatos en los que atenuarse.