CONTRA TODO Y CONTRA TODOS

 

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En una sociedad en que la competencia es norma de vida, el individuo no repara generalmente en los medios para alcanzar el éxito personal. Desde su más tierna infancia, el niño aprende estas reglas. La escuela, los medios de comunicación, la propia institución familiar lo van modelando. Pero, a mitad de camino entre la infancia y la etapa adulta, el puber necesita afirmar su personalidad, conseguir su propia autoestima y la admiración de los demás, midiendo sus fuerzas con otros de la misma edad.

Es una competencia, más directa ( la fortaleza física ), pero no más agresiva que la que deberá abordar en la edad adulta : "! Yo te puedo !""¡ me gustaría verlo !""¡claro que te puedo!""¡A que no!""¡Aque sí!",se increpan dos muchachos antes de medir sus fuerzas en el Tom Sawyer de Mark Twain.

Durante esta etapa, denominada por algunos psicólogos " la segunda edad de la obstinación ", el púber pone de manifiesto una terrible indiferencia hacia los otros integrantes del medio familiar, se comporta ante ellos como un extraño, y se distancia ostensiblemente de sus padres. A este proceder se añade una actitud de rebeldia, una resistencia a la autoridad paterna, una sublevación a todo lo que signifique sujección y tutela, además de un obstinado rechazo a toda intromisión en sus asuntos. En muchos casos, la rebeldia de púber, no se limita exclusivamente al ambito familiar, sinó que se extinde al medio educativo, a sus profesores.

La contraposición al mundo de los adultos se manifiesta en su forma más energica en la formación de bandas o pandillas. Paradójicamente, este tipo de pandillas son una reproducción en pequeño del mundo de los adultos, a quienes se oponen. Es así como las relaciones entre sus miembros estan reguladas por una ley ( aunque no escrita ), ppor distintas normas y por un código de derechos y deberes. En la pandilla puede distinguirse las relaciones de autoridad y subordinación, en las cuales se manifiesta el afán de poder de unos y ls debilidad de otros. A diferencia de los adultos los módulos de valoración y la competencia no se basan en las relaciones laborales, el nivel social o el dinero, sinó en aquellos valores relacionados con la última etapa de la infancia: fortaleza corporal, valor, habilidad, e ingenio.

 

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