CRÍTICA A LOS PADRES Y A LOS ADULTOS

 

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El distanciamiento progresivo de l os esquemas familiares infantiles en las satisfacciones de deseo acerca el adolescente a otros compañeros de su edad, y la crítica a padres y adultos en general se convierte en uno de los temas favoritos del grupo. La pertenencia a éste mitiga la culpabilidad del adolescente en la expresión de tales críticas, que pueden ser mordaces e incluso irrespetuosas y virulentes, si la adhesión al grupo, el sometimiento al líder y la solidaridad interna son suficientes para respaldar las más temerarias acciones y pensamientos de sus inquietos miembros.

La independencia adquirida por este porcedimiento, junto al consiguiente rechazo de los valores paternos, supene un alivio para la ansiedad del adolescente, que va a poder empezar a sentirse dominador de su propia independencia, aunque ésta conlleve un férreo sometimiento a nuevas normas. Aquello que durante la infancia era sencillamente aceptado, ahora es radicalmente rechazado, y con esta actitud los adolescentes llegan a establecer la progresiva separación de las figuras paternas, omnipotentes e inexorables, que se van derrumvbando poco a poco. El interés se vuelca entonces en la vida fuera del hogar, y sólo se encuentran a gusto entre los amigos.

Como puede deducirse, esta experiencia siempre conflictiva es por contra absolutamente necesaria: de poco sirven la aquiescencia paterna y las concesiones más o menos dificultosamente arrancadas a la autoridad de los padres.

El adolescente necesita de alguna forma poder enfrentarse a sus pdres y empezar a plantearse solo o en su propio grupo de amigos una serie de valores familiares y sociales en los que hasta el momento no habia pensado.

Esta actitud típica de los adolescentes, que para utilizar los términos popularizados por Umberto Eco podriamos denominar <<opocalíptica>>, tiene también sus pros: constituye un factor de cambio importante en el proceso de evolución de la sociedad que, por su parte, cuenta con numerosos mecanismos tanto autoritarios como permisivos para contribuir a la integración del adolescente contestatario en una actitud crítica más sosegada que realice, para ambas partes, una mejor inversión de sus energias.

 

 

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