INTRODUCCIÓN AL MUNDO INTERIOR DEL ADOLESCENTE

 

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El adolescente está inmerso en una lucha afectiva sumemente penosa. Intenta con ella la separación de sus padres para así volcar su amor e interés en otros adultos o compañeros de su mismo u opuesto sexo. Este duelo afectivo será mayor cuanto mayor sea la ligazón y dependencia que sienta hacia sus padres, y, paralelamente, mayor será también la necesidad de autoafirmación

¿De dónde surge este miedo a la separación? Es necesario recurrir, una vez más, a la infancia: el niño que ha sido sobreprotegido, que ha visto colmados sus deseos en el ámbitp de la familia sin opción a otras satisfacciones, encontrará ahora mayores dificultades en dejar de ser dependiente de ese ámbito.

La adolescencia, es en sí misma, una época de rebeldia. De rebeldía desesperada, irracional e inútil en muchos casos: el adolescente sabe ya que no va tener éxito en la mayoria de sus demandas, muchas de las cuales son productos del sentimiento de dejar atrás una intima seguridad y comodidad de los años infantiles, tanto como otras en el reclamo social de unas satisfacciones igualmente fáciles a sus deseos.

El padre habrá de asumir las frustaciones que las opciones individuales de su hijo le deparen, y renunciar a su proyección sobre éste. Para la madre es, quizá, doblemente doloroso: el crecimiento del hijo es vivido como una ireversible pérdida difícil de colmar, ya que el ciudado y la educación del pequeño eran la meta suprema de su vida, súbitamente despojada. Su aptitud con el adolescente es, por lo general, más permisiva que la del padre, convirtiendose en confidente y aliada de aquel.

 

 

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